Un campeón experimentado
Pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.
Isaías 40:31
¿Sabía usted que la fuerza de la fe tiene el poder de rejuvenecer su cuerpo? Así es. Encontramos un ejemplo de eso en la vida de Sara. La mayoría de personas no entiende el alcance pleno de lo que Dios hizo en la vida de ella, lo único que sabe es que Dios le dio un hijo en la vejez.
Pero si analizamos la historia, veremos que hubo mucho más. Cuando Sara echó mano, por la fe, de la promesa Dios, la fe empezó a restaurar su cuerpo a tal punto que cuando el rey Abimelec la vio quiso tomarla por esposa.
¡Imagínese tal cosa! A los 90 años de edad, ella era tan hermosa que ese rey la quería en su harén. Y eso no es todo, después de que dio a luz a Isaac, la Biblia nos relata que ella lo amamantó hasta que fue destetado, y vivió hasta cuando Isaac ya era muchacho.
Ahora, yo no le estoy sugiriendo que dé a luz un bebé a los 90 años como lo hizo Sara. Ella recibió una promesa especial de Dios. Pero sí le aseguro que si cree que Dios puede restaurar su fortaleza y salud en su vejez, Él lo hará. De hecho, el Salmo 103 afirma que uno de los beneficios que provienen de Dios es la salud. También agrega que Él llenará su boca de cosas buenas para que usted sea renovado como el águila.
El deseo de Dios es que usted en su vejez sea un campeón poderoso y experimentado en la Palabra, y que su fortaleza sea renovada por la fe. Empiece a confesar eso hoy mismo. Llene su boca con las promesas de Dios, declare: Alabado sea Dios, mi juventud se renueva como el águila. Y cuando su labor en la Tierra finalice y usted se vaya al cielo, su partida no será un simple desvanecimiento, sino que se irá de aquí cubierto de gloria, como el vencedor que Dios quiere que sea.


