No de este mundo
Todos los que han nacido de Dios tienen victoria sobre el mundo; y ésta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe.
1 Juan 5:4, AMP
Hace años, el diablo empezó un rumor en el que le decía a algunos cristianos que mientras vivieran en el mundo, tendrían que sufrir como el mundo. Les dijo que tendrían que padecer de las enfermedades, la derrota, la pobreza y el fracaso de los demás.
Fue una mentira ingeniosa y dio resultado. Los creyentes la aceptaron y comenzaron a difundirla entre ellos. Puede ser que usted mismo la haya oído. Si es así, hoy quiero ayudarlo a detener ese rumor. Quiero ayudarlo a poner los hechos en la perspectiva correcta de una vez por todas.
A pesar de lo que pueda haber oído, la salud, la prosperidad y la vida victoriosa no son conceptos que algunos creyentes deseosos de comodidad soñaron de manera egoísta. En realidad, eso es idea de Dios.
Usted puede decir: “Suena bien, pero tenemos que ser realistas. Vivimos en un mundo que está lleno de problemas. Y mientras vivamos en este mundo, tendremos que enfrentarlos”.
Sí, eso es cierto. Jesús dijo: En el mundo tendrán tribulación, aflicción y pruebas. Pero note que Él no se detuvo ahí, sino que continuó expresando: “Pero tengan ánimo [sean valientes, confíen, estén seguros, no temerosos] porque yo he vencido al mundo. [Yo le he quitado el poder de lastimarte y lo he vencido por ti]” (Juan 16:33, AMP).
La mayoría de los creyentes no tienen ningún problema en creer la primera parte de ese versículo. Saben muy bien cuántas aflicciones, pruebas, angustias y frustraciones les rodean. Pero están menos seguros de la última parte. No han exper imentado por sí mismos exactamente lo que Jesús quiso decir cuando expresó: yo he vencido al mundo.
¿Por qué no?
Porque todavía están viviendo como si fueran parte del mundo.
Pero escuche. Jesús dijo que usted y yo debemos ser santificados, o separados, de las maldades de este mundo. ¿Cómo? Por medio de la Palabra de Dios (Juan 17:17).
La Palabra de Dios lo separará del mundo. La Palabra pone el sueño de Dios en acción para que usted triunfe en la vida. Si usted la recibe y la cree, la confiesa y la pone en práctica; esa Palabra lo apartará de los problemas que le rodean. Lo llevará del problema al triunfo una y otra vez.


