Reciba su milagro
Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.
Romanos 10:10
¿Necesita usted un milagro? Entonces ¡créalo, confiéselo y recíbalo!
“Pero, Gloria, no sé si pueda hacer eso”.
Usted creyó en el mayor milagro del universo, lo confesó y lo recibió: el milagro de un espíritu renacido. Cualquier otro milagro que usted necesite, vendrá de la misma manera.
Se empieza por renovar la mente y el corazón, creyendo lo que indica la Palabra de Dios en cuanto a la necesidad en particular que uno tenga.
Muchos tratan de evitar este paso. Intentan creer que van a obtener su milagro, sin embargo, no se toman el tiempo para que la Palabra transforme su mente y su corazón; sólo quieren confesarlo con su boca y que aparezca al instante. Pero no será así, porque lo que uno cree con el corazón, y confiesa con la boca es lo que recibirá.
Si usted aún no tiene suficiente fe para creer que recibirá el milagro que necesita, puede obtenerla de la siguiente manera: «la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios» (Romanos 10:17). Así que, empiece a llenar los oídos de su corazón con la Palabra hasta que nazca la fe para su milagro.
Eso hizo la mujer con el flujo de sangre. Ella creyó en su corazón que Jesús la sanaría, luego lo confesó en voz alta y después actúo conforme a su fe, y recibió su milagro.
Jesús no fue quien tomó la decisión. Él no dijo: “Creo que hoy haré un milagro en la vida de esa pobre mujer”. No. Ella lo hizo realidad al conectar su fe al poder de Dios. Por eso, Jesús le dijo: «... hija; tu fe te ha salvado» (Mateo 9:22).
Usted tiene la misma oportunidad hoy. El poder de Dios está presente en todo lugar. Su fe conectará ese poder a su vida, a su cuerpo o a sus circunstancias. Por tanto, busque al Señor Jesucristo, crea, confiese y reciba su milagro hoy.
