Camine en la luz
Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino
Salmo 119:105
Mientras viva de acuerdo con la Palabra de Dios, nunca más tendrá que andar en tinieblas. Jamás tendrá que sentirse confundido en cuanto a qué camino tomar. Nunca tendrá que andar a ciegas, luchando por encontrar su propio camino.
¿No es eso magnífico? ¿No se emociona al saber que la Palabra de Dios le dará toda la luz que necesita cada día de su vida, si usted se lo permite?
Edifique su fe en esa Palabra y renueve su compromiso con ésta, realizando la siguiente confesión:
Padre, en el nombre de Jesús, me comprometo a vivir conforme a Tu Palabra. Reconozco que Tu Palabra es la integridad misma —firme, segura y eterna—, y confío mi vida a la provisión de ésta.
Tú has enviado Tu Palabra a mi corazón. Permito que more en mí abundantemente en toda sabiduría. No se aparta de mi boca; medito en ella de día y de noche para que pueda actuar de manera diligente en ella. Tu Palabra es una semilla incorruptible que reside en mi espíritu, y crece de forma poderosa en mí ahora, produciendo Tu naturaleza, Tu vida.
Te agradezco, Padre, porque Tu Palabra es mi consejera, mi escudo, mi adarga, mi arma poderosa en batalla. Es lámpara a mis pies y lumbrera a mi camino. Endereza mi camino delante de mí, y nunca tropiezo o caigo pues mis pasos son ordenados por Tu Palabra.
Reconozco las estrategias y los engaños de Satanás, y les pongo un alto al declarar con mi boca Tu Palabra en fe.
Estoy seguro, Padre, que Tú produces en mí tanto el querer como el hacer por Tu buena voluntad. Exalto Tu Palabra. La tengo en mucha estima y le doy el primer lugar en mi vida. Con seguridad y confianza declaro que mi corazón está firme y establecido en el fundamento sólido, la Palabra viva de Dios. ¡Amén!
