Apártese

Estamos rodeados de un mundo gobernado, en su mayoría, por Satanás. ¿Cómo evitar quedar atrapados en éste? ¿Cómo podemos ser diferentes?

Encontrará la respuesta en Juan 17:17. Allí, Jesús le hablaba al Padre de todos los que creerían en Él. «Santifícalos en tu verdad; tu palabra es la verdad». Santificar significa: “Apartar”. Por tanto, Jesús estaba diciendo: Apártalos por la Palabra. ¡La Palabra aparta!

Cuando usted creyó al principio en la Palabra de Dios, nació de nuevo. Fue separado espiritualmente del reino de las tinieblas, y apartado para el reino de la luz. En este punto es donde mucha gente se detiene. Ellos dejan que la Palabra de Dios haga su obra inicial de separación, y luego continúan viviendo como todos los demás. Espiritualmente, aún están apartados de la muerte, pero física y mentalmente están hasta el cuello en ésta. Viven pobres, enfermos, preocupados, confundidos, enojados. En otras palabras, son como los demás del mundo.

Pero si usted le otorga a la Palabra de Dios el primer lugar en su vida, ella continuará separándolo de la pobreza, de la ansiedad, de la enfermedad, del odio y de la oscuridad de su viejo ambiente.

Hay algo más que la Palabra de Dios también hará por usted. No sólo lo apartará de las cosas de este mundo, sino también lo apartará para las cosas de Dios.

Usted no puede separarse de cualquier vicio sin apartarse para algo más. No puede apartarse de las cosas del mundo a menos que se vuelva a algo más fuerte. Usted podría gritar, llorar y patear la banca del altar tratando de deshacerse del pecado en su vida. Incluso podría gritar: “Amado Dios, quita este pecado de mí”. Pero todos los ruegos del mundo no le apartarán a usted de su pecado. ¡La Palabra sí!

Tome la decisión de darle a la Palabra el primer lugar en su vida. Tome una decisión de calidad, una determinación de la cual no haya marcha atrás. Sumérjase en la Palabra y permita que ésta realice Su obra. Deje que lo aparte de las cosas del mundo para las cosas de Dios.