Protegido por el amor
Pero yo os digo: Amad a vuestro enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos
Mateo 5:44-45
Amad a vuestros enemigos…, ponga la otra mejilla…. A la mayoría de las personas eso les parece una forma muy débil de tratar con alguien que les ocasiona problemas. Pero, a decir verdad, es la manera más poderosa de actuar que existe. Es la forma en que Jesús lo hizo, y sus métodos nunca fallan.
¿Recuerda cuando Jesús regresó a Nazaret y la gente religiosa estaba enojada con Él y querían arrojarlo desde un despeñadero? ¿Qué sucedió? Él pasó por en medio de ellos, y nadie pudo ponerle la mano encima. En otra ocasión, querían apedrearlo, pero Él no tomó represalias sólo se fue, y nadie pudo tocarlo. Cuando Jesús pasó por en medio de esa muchedumbre, no tuvo temor. Él sabía que ellos no podían hacerle daño porque andaba en el amor de Dios.
Cuando Jesús dijo que pusiéramos la otra mejilla, no quiso decir que nos quedáramos quietos para que nos dieran una golpiza. Sino que debemos vivir en amor y en fe, confiando en que el poder de Dios que acompaña ese amor nos protegerá. Es decir, que alguien puede lanzarnos un golpe y no va a tocarnos.
La historia de Nicky Cruz, que escribió David Wilkerson: La cruz y el puñal, es un ejemplo perfecto de esto. Nicky tenía la reputación de ser el líder pandillero más despiadado de su tiempo. No obstante, cuando David Wilkerson estuvo frente a él, hablándole de Jesús, Nicky no pudo hacerle ningún daño. Él intentó apuñalar varias veces con su navaja a David. Pero cada vez que lo hizo, David sólo dijo: «Nicky, me puedes cortar en mil pedazos y cada pedazo aún diría: te amo y Dios te ama». A causa del amor, Nicky no pudo acercarle la navaja a David lo suficiente para herirlo. Cada vez que lo hacía, una fuerza sobrenatural lo detenía.
“Pero yo no poseo esa clase de amor”, dirá usted.
Sí, usted la tiene. En Romanos 5:5, leemos que el amor de Dios ha sido derramado en su corazón por el Espíritu Santo. Sólo debe tomar la determinación de actuar basado en ese amor, no por sus sentimientos.
Mi estimado amigo, ¡el amor nunca falla! No le tema al fracaso. De hecho, usted no debe temerle a nada. Si usted vive en el amor de Dios, está viviendo la clase de vida más poderosa que pueda existir.
