Jugar para ganar

A menudo escucho a la gente decir: “Lo importante no es ganar o perder, lo importante es jugar bien”. ¡Eso no tiene sentido! Si usted juega bien, ¡ganará!

Cualquier entrenador le dirá que jugar bien implica manifestar una actitud ganadora. Dios desea que como creyentes tengamos esa actitud: Que desarrollemos tanta fe en Él que podamos tener la confianza de derribar todo obstáculo que el diablo nos lance. Él quiere que tengamos la confianza de ganar en el juego de la vida.

Esa actitud no siempre se adquiere con facilidad. Estamos tan acostumbrados a perder que es necesario que cambiemos totalmente nuestra manera de pensar si queremos tener una actitud ganadora. En Efesios, el apóstol Pablo exhorta a los creyentes a renovar su manera de pensar. Al igual que nosotros, esos creyentes necesitaban cambiar su actitud y renovar su entendimiento en cuanto al hecho de que Jesús había vencido al mundo.

Si usted no lo ha hecho, debe hacerlo también. Necesita tener un sentido de confianza glorioso para que pueda decir: “Oye, diablo, la victoria es mía, y no hay nada que tú puedas hacer para evitarlo”.

“Pero, hermano Copeland, usted no sabe la clase de situaciones por las que estoy atravesando”.

Pero Jesús sí lo sabe, y Él le dice que tenga ánimo, pues Él puede darle paz en medio de la tribulación. El Señor le asegura que cuando Satanás venga en su contra con todo lo que tiene, ¡cobre ánimo! porque Él ya ha derrotado al enemigo. Jesús ya lo venció y usted también puede hacer lo mismo.

En 1 Juan 5:5, se describe así: «¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?».

¿Sabe qué quiere decir ese versículo? Significa que si es creyente nacido de nuevo, usted tiene el derecho absoluto de ser un vencedor para superar todo aspecto de este mundo perverso. Piense y medite al respecto. Comience hoy mismo a desarrollar una actitud ganadora