Reciba al enviado de Dios
De cierto, de cierto os digo: El que recibe al que yo enviare, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió.
Juan 13:20
Parece mentira que hayan muchos cristianos nacidos de nuevo y llenos del Espíritu Santo que critican a su pastor el sábado por la noche, y luego esperan que él haga la oración de fe por ellos el domingo por la mañana. Constantemente hacen comentarios negativos de los evangelistas y de los predicadores que Dios ha enviado a ministrarles, y luego se preguntan por qué la lluvia del Espíritu se ha evaporado de sus iglesias.
La mayoría de esas personas, ni en sueños criticarían el ministerio de Jesús. No obstante, de acuerdo con la Palabra de Dios, eso es precisamente lo que están haciendo. Jesús declaró: «El que recibe al que yo enviare, me recibe a mí».
Sé que los ministros fallan a veces. Sé que cometen errores. Jesús también sabía que lo harían. Sin embargo, Él expresó: «...El que recibe al que yo enviare, me recibe a mí...».
Si cree que la doctrina de algún predicador es errónea, entonces ore por él. Retírese de ese ministerio, si es necesario. Las Escrituras indican: «¿Quién eres tú para juzgar al siervo de otro? Que se mantenga en pie, o que caiga, es asunto de su propio Señor. Y se mantendrá en pie, porque el Señor tiene poder para sostenerlo» (Romanos 14:4. NVI).
Los ministros del evangelio son siervos de Dios, no suyos. Ya sea que se equivoquen o estén en lo correcto, ámelos y respételos, aunque no sea por ninguna otra razón más que para honrar a quien los envió.
Aprenda a recibir al ministro de Dios que Jesús le envía con el mismo respeto y honor que le daría a Jesús. Si lo hace, abrirá la puerta para que el gran poder espiritual sea liberado, allanará el camino para que Dios supla lo que usted necesita, la unción de Dios se liberará por medio del enviado de Dios hacia usted.
No permita que la crítica retenga la unción del Espíritu Santo. Luego prepárese para ser bendecido, pues le aseguro que el Espíritu Santo no la retendrá.


