Diríjase a la luz
Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones
2 Pedro 1:19
Algunas veces cuando necesitamos discernimiento para un problema, tratamos de conseguirlo enfocando nuestra atención en el pr oblema. Lo estudiamos, lo analizamos y lo examinamos desde todo ángulo. Pero el apóstol Pedro nos presenta un enfoque diferente. Él dice que debemos concentr ar nuestr a atención en la Palabra de Dios hasta que la respuesta llegue mediante la luz de la revelación.
Usamos el tér mino “recibir iluminación” en las cosas naturales todo el tiempo. Preguntamos: “¿Ya ha sido iluminado en cuanto a eso?” Y lo que queremos decir es: “¿Tiene usted discernimiento de esa situación?” Permítame decirle que si le permitimos a la Palabra entrar a nuestro corazón traerá la luz espiritual (Salmo 119:130). Por tanto, ésta trae la revelación que necesitamos.
¿Alguna vez ha estado en una sala oscura y ha tratado de hallar la salida? ¿O ha estado perdido afuera en la noche? ¿Cuál es la primera cosa que busca en estas situaciones? ¡La luz!
Ésta podrá venir del umbral de la puerta o del resplandor de una lámpara en una casa lejana. Pero de cualquier manera, usted se dirige hacia ella, no pierde su tiempo estudiando la oscuridad, no se concentra en eso. Por el contrario, fija los ojos en la luz porque sabe que el resplandor desvanecerá la oscuridad y le orientará.
Si necesita discernimiento para solucionar algún problema o situación de su vida, preste atención a la Palabra, diríjase a la Luz y encontrará la respuesta que necesita.


