Faith to Faith - Daily Devotional

Dios cuida de usted

Kenneth Copeland

Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.

1 Pedro 5:7


¿Sabe usted qué es enfrentar un problema tan grande que parecería una irresponsabilidad no preocuparse por éste? Quizá no haya nada que pueda hacer, pero usted siente que necesita, por lo menos, estar preocupado. Después de todo, alguien debe hacerlo, y no hay nadie que esté ofreciéndose como voluntario para ese trabajo.

Recuerdo que una vez me sentí exactamente de esa manera. Tenía una serie de reuniones en Ruston, Louisiana. Acababa de descubrir que nuestro presupuesto tenía un déficit de USD$900, y en esos días USD$900 me parecían 9 millones. El diablo atacaba mi mente diciéndome que nadie se preocupaba por mí o por mi ministerio, y me decía que yo estaba enfrentando este problema solo.

Pero en vez de ceder a esos pensamientos, tomé mi Biblia y busqué cada pasaje de la Palabra de Dios que me garantizaba que todo lo que necesitaba ya había sido suplido. Entonces le entregué la preocupación de esos gastos a Dios. Le prometí que con el Espíritu Santo como mi ayudador, no tocaría ese problema con mis pensamientos otra vez. Ésa no fue una promesa fácil de cumplir. Quería preocuparme. Fui al patio del hotel donde me hospedaba y caminé alrededor de la piscina. Cada vez que pensaba en el problema, declaraba en voz alta: No, yo ya le entregué la preocupación al Señor. No pensaré en eso. El presupuesto está en las manos de Dios.

Un rato después, un hombre llegó a la entrada del garaje y comenzó a tocar la bocina del automóvil. Traté de no hacerle caso porque no me gusta que me interrumpan cuando estoy orando, pero él sacó su cabeza por la ventana y gritó: “¡Venga aquí!” Lo expresó con tanta autoridad que obedecí.

Me dijo: “Hermano Copeland, siento molestarlo, pero tengo otro compromiso esta noche y llegaré tarde a la reunión. No quería perderme la ofrenda”. Entonces me entregó un cheque. Cuando regresé a mi habitación y vi el cheque, era por 500 dólares. Con la ofrenda que se recogió en la reunión de esa noche completé la cantidad que necesitaba para cubrir el presupuesto.

¿Le gustaría tener a gente persiguiéndolo para suplir lo que necesita? Entonces la próxima vez que tenga un problema, déselo a Dios. Permita que Él se haga cargo del asunto. Él se ha ofrecido como voluntario para ese trabajo. Usted puede confiar en que Él lo hará bien. Después de todo, Dios en realidad cuida de usted.

Salmo 37:1-11

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