Revístase de humildad

La mayoría de creyentes no saben nada acerca de la verdadera humildad. Si usted les dice que ellos son la justicia de Dios, no lo creerán. Usted podrá citarles versículos de la Biblia para demostrárselos, pero aun así debatirán del tema con usted.

Ellos dirán: “No, yo no soy justo. Sólo soy un pecador que ha sido salvo por gracia”. Tratan, de una manera sincera, de ser humildes. Pero la verdad es que están equivocados. Tienen tanto temor de caer en orgullo, que han dejado que Satanás los engañe, y él los ha hecho caer precisamente en  orgullo.

Déjeme explicarle lo que quiero decir. De acuerdo con 1 Pedro 5:5-6, ser verdaderamente humilde es someterse a Dios. En otras palabras cuando Dios declara algo, usted lo cree no importa cuán extraño pueda parecer a su pensamiento “religioso”. Cuando Él afirma que usted ha sido hecho la justicia de Dios en Cristo Jesús, confiéselo usted también. Pero no quite ni añada nada a esa verdad, porque hacerlo sería estar en desacuerdo con Dios, lo cual es la peor forma de orgullo que hay, ¿no es cierto?

No permita que Satanás lo tenga pisoteado en el polvo de la falsa humildad. Póngase de acuerdo con Dios. Conozca lo que la Palabra de Dios afirma acerca de usted, luego atrévase a declararlo. Sométase a la verdad de Dios para que pueda despojarse del orgullo. Revístase de la verdadera humildad. Estoy seguro de que se verá muy bien en usted.