Llamado a ser peculiar
No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo
Juan 17:15-16
Ser peculiar, no es una meta para la mayoría de nosotros, ¿cierto? Pero debería serlo. Pues Dios nos ha llamado a ser linaje escogido; es decir, a vivir de tal manera que el mundo se dé cuenta de que somos pruebas vivientes del amor y el poder de Dios (1 Pedro 2:9).
Por ejemplo, Él no quiere que tengamos las dolencias, las enfermedades, la pobreza y los fracasos que el mundo sufre. Dios nunca ha querido esas cosas para Su pueblo. La Biblia nos da un ejemplo de esto cuando Israel estuvo cautivo en Egipto.
Faraón se había rehusado a liberar a los israelitas. Dios hizo que las tinieblas cubrieran toda la Tierra. La oscuridad fue tan densa en todo Egipto que nadie pudo hacer nada por tres días. Sin embargo, en Éxodo 10:23 dice que «todos los hijos de Israel tenían luz en sus habitaciones».
¡Qué ejemplo tan interesante de cómo Dios desea que vivamos! Deberíamos estar glorificando a Dios por el milagro de disfrutar una vida victoriosa. La gente debería estar diciéndonos: “Supe cómo Dios lo sanó, cómo lo ha prosperado y cómo salvó a sus hijos”.
Por consiguiente, siga adelante y practique la Palabra de Dios en su vida; a fin de que reciba las ricas bendiciones que obtienen los que se atreven a creer. Utilice la Palabra para trazar límites a su alrededor y establezca señales espirituales de advertencia para el diablo; señales que digan: “¡Fuera de aquí! De acuerdo con la Palabra de Dios, ya no te pertenezco. Mi familia no te pertenece. Mi salud no te pertenece. Mi dinero no te pertenece. Mi ministerio no te pertenece. Pertenezco a un Reino diferente. Ahora, ¡vete en el nombre de Jesús!”.
Si esto le suena un poco peculiar ¡a eso precisamente lo ha llamado Dios!
