El exuberante amor de Dios
Y vendrán sobre ti todas estas bendiciones, y te alcanzarán, si oyeres la voz de Jehová tu Dios.
Deuteronomio 28:2
Algunos creyentes tienen muy bajas expectativas de lo que Dios les proveerá en cuanto a lo material. Confían en que Él les dará alimento y vestido, pero no creen en que Él quiere alimentarlos y vestirlos ¡bien!
Por alguna razón, se han formado la idea de que Dios es un viejo tacaño que no les dará algo más que harapos para vestir y frijoles para comer. No obstante, eso no fue lo que Jesús dijo. En Mateo 6, Él expresó que Dios nos vestiría mejor que a Salomón. Esas palabras son suficientes para demostrar que Dios no sólo quiere darnos las cosas básicas de la vida, sino también bendecirnos abundantemente. Lo sé por experiencia propia.
Hace algunos años, llegué a la casa y encontré dos automóviles muy costosos estacionados a la entrada del garaje. Me los habían regalado unos hermanos que habían sido bendecidos por el Señor a través de mi ministerio. Me quedé anonadado. “Señor —le dije—, no necesito estos automóviles. No te los había pedido, y no era algo que yo había pensado tener. ¿Qué están haciendo aquí?”.
Entonces el Señor me habló al corazón, diciendo: ¿No leíste alguna vez el pasaje de Deuteronomio donde dice que las bendiciones vendrán y alcanzarán a quienes oigan mi voz?
“Sí”, le respondí.
Entonces me dijo: Bueno, hijo tú acabas de ser alcanzado.
¿Estoy diciendo que Dios me dio esos automóviles costosos sólo para que los disfrutara? Sí, eso es exactamente lo que estoy afirmando.
En 1 Timoteo 6:17, leemos que Dios: «nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos». Dios es un Padre amoroso que se complace grandemente en bendecir a Sus hijos. Según nuestro punto de vista, Él es demasiado generoso. Pero no se inquiete por ello, Él puede darse ese lujo. Una vez que usted en realidad crea en la generosidad de Dios y oiga Su voz, las bendiciones lo alcanzarán también a usted.
