Esté dispuesto a esperar

No hay otra manera de hacerlo. Si usted quiere disfrutar de una  vida  de  bendición,  debe expresar palabras que concuerden con lo que Dios dice. No sólo por unas pocas horas o días, sino todo el tiempo. Si usted ha hecho eso alguna vez, se habrá dado cuenta de que no es fácil. A medida que el tiempo transcurre y su situación  parece  permanecer  en la misma condición, puede ser difícil seguir declarando la Palabra de Dios. Pero debe hacerlo siempre, si quiere que su cosecha de bendición venga.

Cuando Kenneth comenzó a predicar sobre la prosperidad, yo me sentaba y lo escuchaba, y creía en el mensaje aun cuando mis zapatos tenían agujeros en las suelas. Pues sabíamos que nuestros problemas económicos no podían cambiar lo que la Palabra de Dios afirmaba. Sabíamos que Sus promesas de prosperidad eran verdaderas aunque todavía no gozábamos de ellas. Incluso, aunque a veces nos sentíamos tontos, declarando acerca de la generosa provisión que Dios tenía para nosotros.

Me di cuenta luego de que la Palabra comenzó a obrar a nuestro favor desde el primer día que empezamos a creerla, a confesarla y a ordenar nuestra vida conforme a ella. Nuestra cosecha de prosperidad comenzó a crecer en el momento en que empezamos a sembrar semillas en la tierra. Sólo necesitaba tiempo para que comenzarán a germinar.

El problema es que, algunas veces, la mayoría de creyentes no tienen paciencia para esperar. Comienzan a sembrar bien, pero cuando no ven los resultados de inmediato, cuando el dinero disminuye y hay que pagar el alquiler; se desaniman y comienzan a confesar palabras de escasez y derrota. Ellos destruyen su cosecha con las palabras de su boca y nunca logran disfrutar de sus frutos.

Así que la próxima vez que decida vivir por fe, ya sea en el aspecto económico o en cualquier otro aspecto; determine desde el principio que no permitirá que ese periodo de espera lo desanime. Luego permanezca firme hasta que la Palabra de Dios se manifieste en su vida. Ponga la paciencia en práctica y alinee sus palabras con su fe, para recibir la cosecha.