Ore usted mismo

La palabra griega que se traduce como afligido no se refiere al padecimiento de la enfermedad y la muerte, sino quiere decir: atribulado. Si usted tiene tribulaciones, debe orar; eso es lo que la Palabra enseña. Observe que no dice que es su pastor o sus amigos los que deben orar, sino usted.

Por lo general, buscamos la manera más fácil de solucionar nuestros problemas al pedirle a otros que oren por nosotros. No hay nada malo en eso, pero nunca alcanzará la victoria total en su vida hasta que empiece a hacerlo usted mismo.

La iglesia más grande del mundo se encuentra en Seúl, Corea. El pastor es el Dr. David Cho. Lo último que supe es que tiene 700,000 miembros. ¿Cómo creció tanto? El Dr. Cho señala que la clave es la oración; no sólo su oración, sino la de los miembros de la iglesia. La oración es un estilo de vida en esa iglesia. Ellos poseen un lugar denominado Montaña de Oración, donde miles de personas llegan a orar todos los días.

Una vez vi por televisión a la suegra del Dr. Cho hablar del énfasis que ellos ponen en la oración. Ella mencionaba que cuando los miembros de la iglesia atraviesan por situaciones difíciles en sus matrimonios o en sus vidas personales, antes de hacer cualquier cosa, se pide a esos miembros de la iglesia que ayunen y oren por 24 horas.

En nuestras iglesias ya no debemos enseñar a los miembros que pidan a otros orar por ellos; por el contrario, debemos enseñarles a que oren por sí mismos.

Si yo oro para que Dios le resuelva un problema, quizá disfrute del éxito por un tiempo, pero luego vendrá otro problema porque estará cometiendo los mismos errores. Pero si usted mismo empieza a orar y a escudriñar las cosas del Espíritu, recibirá respuestas permanentes y podrá hacer los cambios en su vida para evitar que esos problemas vuelvan a surgir.

Si ha recibido a Jesús como su Señor, tiene acceso al trono del Dios altísimo. Él posee todas las soluciones para cualquier problema que pueda tener, sólo está esperando que se acerque a Él para darle la respuesta. Quizá necesite tomar un buen tiempo con Él para que usted pueda escucharlo, pero valdrá la pena; Dios nunca lo dejará sin la respuesta.

No dependa de otros para que hagan la oración que a usted le corresponder realizar. Acérquese al trono de Dios hoy mismo.