Póngase de acuerdo
¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo?
Amós 3:3
Cuando se trata de la fe, muchos creyentes sienten como si estuvieran inmovilizados por completo. Sin importar cuánto se esfuercen, les parece que no pueden progresar.
Si obser va sus vidas, podrá ver la causa. No han puesto sus pensamientos en orden. Por un lado dicen: "Oh, sí, amén, yo creo en la Palabra"; y por otro, hablan de incredulidad como si fuera la última novedad. "Sé que Dios dice que Él nos prosperará, pero mi negocio va tan mal que me va a dar úlceras. La preocupación no me deja dormir".
Si indaga más a fondo se dará cuenta de que también han alejado sus acciones de la Palabra: "Bueno, usted entiende hermano, es imposible que yo diezme con las entradas que tengo. Me iría a la quiebra".
La fe de nada le servirá a alguien así. Usted es un ser tripartito: usted es un espíritu, tiene un alma —la cual está conformada por la mente, la voluntad y las emociones— y vive en un cuerpo. Cada una de estas partes cumple un papel específico en su vida de fe. Las tres tienen que estar en común acuerdo, a fin de poder cumplir su misión.
Empiece por alimentar su espíritu con la Palabra de Dios. Así como el cuerpo desarrolla fuerza física cuando lo alimenta, también el espíritu desarrolla fuerza espiritual cuando lo alimenta con la Palabra. Esa fuerza espiritual se llama fe. Cultive esa fe para que su espíritu pueda dominar sobre las otras dos partes.
Luego, alinee su alma. Enfoque su mente en “las cosas de arriba”. Medite en la Palabra hasta que sus pensamientos se sometan a ella, siga meditándola hasta que sus emociones también se rindan a ella.
Por último, alinee su cuerpo. Una vez que su espíritu esté cimentado en la Palabra, no será difícil poner su cuerpo de acuerdo. El cuerpo no es un líder sino un seguidor; éste hará lo que usted le ordene. Comience a enseñarle a su cuerpo a actuar de acuerdo con la verdad que ha sembrado en su mente y en su espíritu, y lo hará sin ningún problema.
No trate de andar en fe si se siente paralizado. Ponga su espíritu, su alma y cuerpo en armonía; y la Palabra lo llevará tan lejos como usted quiera.
