Dios tiene algo que decirle

Nunca deje que el miedo de cometer un error, le prive de gozar de hacer lo que la voz del Señor le está indicando. Confíe en que el Espíritu Santo le enseñará lo que debe hacer. Él empezará por mostrarle cosas pequeñas de su vida, y cuando usted se acostumbre a obedecerle, le mostrará cosas mayores.

Así nos sucedió a Gloria y a mí. Cuando recibimos a Jesucristo como nuestro Señor, no sabíamos cómo oír la voz de Dios. Nuestros espíritus aún no habían aprendido a discernir el consejo del Espíritu. Pero como la Biblia promete que podemos hacerlo, empezamos a orar y a estudiar la Biblia con la expectativa de recibir el consejo del Espíritu, y Él empezó a dárnoslo.

Nunca olvidaré la pr imer a experiencia que Gloria tuvo. Ella estaba leyendo la Biblia y se detuvo por unos minutos para ver si Dios le decía algo. En su corazón, escuchó al Señor expresarle lo siguiente: Las luces de tu automóvil están encendidas. No se le ocurrió que Dios pudiera hablarle de cosas tan triviales, así que ignoró ese pensamiento y continúo escuchando. Pero Dios le indicó lo mismo, y siguió diciéndoselo hasta que por fin ella se levantó y fue al automóvil. Y en efecto, las luces estaban encendidas.

¿Por qué se molestaría Dios con algo tan insignificante como las luces de un automóvil? Porque Él tiene cuidado de nosotros. Él sabía que Gloria se encontraba sola esa noche en la casa con dos niños pequeños, y si la batería se hubiera descargado, ella no habría podido salir. Dios la estaba cuidando y le dijo exactamente lo que debía saber en ese momento.

Además, Él sabía que ella apenas estaba aprendiendo a oír Su voz, por eso le dijo que hiciera algo que no representaba mayor riesgo. Por ejemplo, ¿qué hubiera sucedido si las luces no hubieran estado encendidas o si ella no hubiera salido a ver? Talvez se habría sentido avergonzada, pero no le hubiera hecho ningún daño.

Si confía en el Espíritu Santo, Él hará por usted lo mismo que hizo por Gloria y por mí: lo guiará paso a paso para que usted aprenda sin sufrir ningún daño.

El mayor error que usted puede cometer es tener miedo de obedecer el testimonio interno, pues es el método principal que Dios utiliza para guiar a Sus hijos (Romanos 8:14). Por tanto, no tenga miedo. Tómese  el tiempo de escucharlo hoy, y manténgase a la expectativa de oír en su espíritu. Dios tiene algo que decirle.