Atrévase a tomar su lugar
Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres... el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador, para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna.
Tito 3:4,6-7
Un pacto de gracia. Eso es lo que tenemos con el Dios todopoderoso. Si en realidad entendiéramos la importancia de este pacto, nuestra vida cambiaría por completo.
¿Qué es exactamente el pacto de gracia? Es una relación de favor que le da acceso al poder de otra persona.
Un ejemplo de ello lo observamos en el pacto que los miembros de las antiguas familias sicilianas tenían con el “padrino” de la “familia”.
En ese clan, una persona en una situación de desventaja podía pedirle al padrino un favor. El padrino decía: «Te concederé este favor y a cambio te pediré otro. Cuando llegue el momento, te diré cuál será ese favor».
Una vez que el padrino expresaba esas palabras, la persona en desventaja se llenaba de emoción porque sabía que se había quitado un gran peso de encima. Si alguien trataba de causarle problemas, ese alguien tendría que entenderse con el padrino, quien ejercía todo el poder. La actitud de la persona en desventaja cambiaba por completo, salía de la presencia del jefe de la familia con la confianza plena de que no tenía de qué preocuparse. Ya no se veía indefensa ni sin poder, pues el poderoso le había mostrado su favor (gracia).
Esa persona se iba pensando: “Todo está arreglado. Sólo debo cumplir lo que el padrino me pida, y él sabe que no tengo nada; así que cualquier cosa que me pida que haga, él proveerá los medios para hacerlo”.
Eso es gracia: el deseo de Dios de establecer un pacto de sangre con nosotros mediante el cual nos da todo lo que Él tiene a cambio de todo lo que poseemos.
Dios tomó nuestro pecado para entregarnos a cambio la justicia de Cristo; tomó nuestras enfermedades para darnos Su salud; tomó nuestra pobreza para suplir todo lo que necesitamos conforme a Sus riquezas en gloria.
Siempre que Dios nos pide que hagamos algo, Él pone a nuestro alcance todo lo que necesitamos para llevarlo a cabo.
El gran Jehová, el Dios del cielo y de la Tierra, es nuestro Padre. ¿Entiende usted lo que eso significa? Si usted está cubierto por la sangre de Jesús, ha sido hecho hijo de pacto del Ser más poderoso del universo, y es hora de que tome su lugar en la familia.
