¡Hable como Dios!
Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho.
Marcos 11:23
Jesús no declaró: “Cualquiera que le hable a Dios con respecto a este monte”. Él nos indicó que le dijéramos directamente al monte lo que deseamos que haga.
Desde el punto de vista humano, eso parece una insensatez. Pero en 1 Corintios 1:27, leemos que Dios ha escogido lo insensato del mundo para confundir a los sabios. Al mundo siempre le parecerá una insensatez, que un creyente hable como si lo que Dios ha prometido fuera una realidad, especialmente cuando esas promesas parecen contradecir la evidencia física a nuestro alrededor. Pero si usted quiere seguir derrotando al enemigo, ésa es la manera en que deberá hablar.
La Biblia afirma que ¡Dios mismo habla de esa manera! En Romanos 4:17, leemos que Dios «…llama las cosas que no son, como si fuesen». Dios no espera hasta que las cosas estén en orden para hablar, al contrario, las cosas se ponen en orden porque Él habla. Usted puede hacer lo mismo si hace que sus palabras estén de acuerdo con las de Dios, y las confiesa con su boca por fe.
Quizá usted diga: “Pero, ¿y si nada sucede después de hablar? ¿Qué pasa si la situación no cambia en ese momento?”. Cuando Jesús le habló a la higuera en Marcos 11:14, no regresó después para ver qué había sucedido. Cuando le habló, Él lo consideró hecho.
Siga el ejemplo del Señor. Deje que su fe hable. Exprese todo lo que esté de acuerdo con la Palabra de Dios.
