No compre una mentira

Bueno, hermano, estoy seguro de que al final usted verá que las dificultades económicas son en realidad una bendición disfrazada. ¿Alguna vez ha oído a alguien decir esas palabras a otro que está mal económicamente? Es posible que sí sea una creencia muy común. El problema con esa creencia es que se convierte en una mentira, de la cual el diablo se aprovecha para oprimir a los creyentes.

Y el resultado de esa creencia es que muchos cristianos están sufriendo una derrota financiera tras otra. Sin embargo, veamos lo que se nos enseña en la Palabra de Dios para aclarar el asunto de la prosperidad y la pobreza. Aclaremos de una vez por todas cuál es la bendición y cuál es la maldición.

La respuesta la encontramos en Deuteronomio 28. Lo que Dios describe en los versículos del 1 al 14 es la bendición: la prosperidad. En cambio en los versículos del 15 al 31, Él describe la pobreza: la maldición.

La maldición tiene como fin destruir. Su fin no es enseñarle alguna lección, ni hacerle más espiritual, sino destruirle. No importa que la pobreza sea mucha o poca, seguirá siendo una maldición.

Satanás ha hecho todo lo que ha podido para convencer al pueblo de Dios de que la pobreza es una bendición disfrazada, pero la pobreza es algo que el diablo inventó.

Así que no le crea ni por un momento. Renueve su mente con la Palabra de Dios. Si usted es hijo de Dios, no tiene por qué estar viviendo bajo la maldición de la pobreza ni de ninguna otra maldición. ¡Usted ha sido redimido!