From Faith to Faith—Daily Devotional

Manténgase firme contra la contienda
Gloria Copeland
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El comienzo de la contienda es como las primeras gotas de agua [de la grieta de una presa]; por tanto, detenga la contienda antes de que empeore y la discordia estalle.

Proverbios 17:14; AMP

En las Escrituras Dios nos advierte contra el peligro de la contienda. No obstante, es uno de los problemas más comunes entre los creyentes. Permitimos que se introduzca en nuestro hogar, en nuestro trabajo, en la iglesia... ¡y en todas partes!

Por supuesto, no la dejamos entrar intencionalmente. No nos despertamos por la mañana y decimos: “Creo que hoy empezaré una gran discordia”. Al contrario, dejamos que se introduzca de forma sutil en nosotros, como una pequeña irritación.

Por eso, le insto hoy a levantarse decididamente contr a esas pequeñas oportunidades de iniciar una contienda. Si usted tiende a permitir que las cosas le irriten, decida vencer esa tendencia. Luchen en contra de ellas con el conocimiento de que este mundo no es perfecto, pues habrá personas que no se comportarán de manera amable con usted. Habrá personas que lo fastidiarán y molestarán, a propósito o inconscientemente.

Decida que, por el poder de Dios, usted no dejará que le quiten su paz. Esa paz es muy importante para su bienestar. Ella mantendrá su cuerpo sano y guardará sus relaciones saludables. Lo pondrá en un lugar donde Dios pueda orientar sus pasos y librarlo de algunos errores muy graves. Si se ha pasado toda la vida con los nervios alterados por cosas sin importancia, puede tomarle tiempo deshacerse de ese hábito. Quizá deba trabajar en ese problema a cada momento. Pero al final, lo logrará.

Yo lo sé. Tuve que hacer eso en lo que a la preocupación se refiere. Me había afanado por tantos años y había venido de una familia que se preocupaba fácilmente, tanto que lo hacía casi sin pensar. Cuando aprendí que preocuparse era contrario a la Palabra de Dios, tuve que dejarlo minuto a minuto. Con la ayuda del Espíritu Santo, cada vez que un pensamiento de preocupación venía a mí, yo lo vencía con la Palabra de Dios; y lo hice hasta que me deshice ese hábito de la preocupación para siempre.

Usted puede hacer lo mismo con la discordia. Pídale al Espíritu Santo que lo ayude a empezar a reconocerla y a superarla en cada momento. Entonces, cada vez que comience a enojarse por algo, reprenda esa discordia en el nombre de Jesús y resístala. Diga en voz alta: Hoy vivo en la paz de Dios.

Usted se sorprenderá al ver que tan maravillosa puede ser la vida.

Scripture Reading:

Mateo 5:21-26, 43-48