¿Ha sido usted destinado para hacer cosas grandes en el reino de Dios? Hágale esta pr egunta a varios creyentes, y con humildad le responderán que no: “Usted sabe que no todos somos vasos de oro—le responderán—. La Biblia dice que algunos somos llamados a ser pequeños vasos de barro”.
¡Bendito sea Dios! La Biblia no enseña tal cosa. Ciertamente, habrá vasos de oro y vasos de barro en el reino, pero somos nosotros, no Dios, los que determinamos la clase de vaso que seremos. En 2 Timoteo 2:21, leemos: «Así que, si alguno se limpia de estas cosas, será instrumento para honra, santificado, útil al Señor, y dispuesto para toda buena obra».
Utensilio de oro o vaso de barro: ¡La decisión es suya!
Entonces, ¿por qué tantos creyentes escogen un trabajo sencillo en el reino de Dios? ¿Por qué se contentan con ser vasos de barro? Porque les falta una cosa que todo utensilio de oro debe tener: dedicación. No han tomado la firme decisión de apartarse de las influencias que los contaminan, y no se han determinado a dejar los caminos del mundo y a seguir al Señor sin mirar atrás.
Amigo mío, Dios está haciendo cosas grandes en el mundo. Está realizando señales y maravillas para preparar el camino de la venida de Jesucristo. Ésta es una época emocionante, pero la verdad no es tiempo de ser vasos de barro. Por eso, si aún no ha tomado la decisión de ser un utensilio de oro, primero, admítalo; luego, dedique el tiempo necesario para estar en comunión con Dios y estudiar Su Palabra y someter su voluntad a la de Dios. Pídale al Espíritu Santo que actúe en su vida hasta que usted esté dispuesto a dejar los caminos del mundo por caminos más excelentes: los de Dios.
Hágalo ahora mismo. El tiempo está avanzando. La gloria de Dios se está derramando en el mundo como una gran ola final. Esta gloria no gotea de vasos de barro, sino de vasos de oro, y eso es exactamente lo que Dios quiere que usted sea.
2 Timoteo 2:15-26