No sea un pedregal

Parece que hay abundancia de “pedregales” cristianos en estos días. Cuando ellos empiezan en la vida cristiana,  se  emocionan  con la Palabra de Dios. Por ejemplo, oyen un mensaje acerca de la prosperidad y vuelven a sus hogares diciendo: “¡Aleluya! Voy a prosperar, en el nombre de Jesús”. Pero luego, por alguna razón las cosas no marchan como ellos esperaban: su cuenta bancaria no se duplica de la noche a la mañana, se decepcionan de algo, reciben algunas críticas. En poco tiempo, su fe se marchita.

Si no quiere que eso le suceda a usted, decida ahora mismo que no se dejará derrotar por esos momentos difíciles. Decida ahora que se mantendrá firme en la Palabra, aun en medio de la persecución y la aflicción, pues le garantizo que estos problemas sí vendrán a su vida. Cuando uno se decide a vivir por fe, las pruebas no desaparecen, hay que aprender a vencerlas.

Cuando usted empieza a sembrar la Palabra de Dios en su corazón, aprenderá más del diablo de lo que usted quisiera, pues él hará todo lo posible para que la Palabra sea infructuosa en su vida. Tratará de crear confusión cada vez que pueda. Usted tendrá problemas, pero la diferencia es que también tendrá la respuesta: la Palabra de Dios.

Gracias a Dios que por medio de Cristo Jesús usted tiene el poder para derrotar a Satanás. Cuando éste le lance problemas y desilusiones a su camino, no tiene que postrarse y dejar que lo arrollen, sino siga peleando la buena batalla de la fe hasta que venza. Algunas veces, será derribado; pero cuando eso suceda, levántese y declare: Fíjate bien, diablo, no permitiré que robes la Palabra de mi corazón. Está ahí, y estoy meditando en ella. La confieso con mi boca y actúo conforme a ella hasta que las bendiciones de Dios me envuelvan. Si no me crees, sólo escóndete y observa.

Si toma esta actitud, sin importar lo que el diablo haga, él jamás podrá convertirlo en un “pedregal” cristiano.